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El estrés afecta a más de un 30 por ciento de la población. Si quieres saber qué efectos tiene el estrés en la piel y qué se puede hacer al respecto para equilibrar y mantener un cutis sano.
El aspecto de la piel y la manera en la que nos sentimos están directamente relacionados. El estrés no solo afecta a la salud mental, sino que tiene un impacto negativo en la salud de la dermis. Además, cuando estamos estresados tendemos a expresar las emociones fácilmente, frunciendo el ceño por ejemplo, lo que hace que las líneas de expresión y las arrugas se acentúan. El estrés y la ansiedad son dos respuestas fisiológicas y psicológicas a los acontecimientos de nuestra vida y cómo los percibimos.
¿Las buenas noticias? Los efectos del estrés en la piel se pueden suavizar, mejorar y combatir gracias a un cuidado del rostro específico (y constante). Principios activos como el ácido hialurónico, la vitamina C o las ceramidas serán grandes aliados para restaurar la barrera cutánea, devolver la luminosidad natural e inyectar la hidratación perdida al cutis (y sin agujas).
¿QUÉ ES EL ESTRÉS?
«Hablando en términos bioquímicos, el estrés es un aumento del cortisol en el organismo. Para entenderlo mejor, hay que aclarar que el cortisol es la hormona que se produce en situaciones de emergencia para producir una respuesta de huida en el individuo. Por lo tanto, en el cuerpo se expresará como una sensación de tensión, de miedo y de malestar. Cuando es algo puntual lo consideraremos normal y fisiológico, pero cuando se prolonga en el tiempo puede acabar convirtiéndose en patológico y producir ansiedad y depresión» afirma la Dra. Carolina Domínguez de Clínica Canarias Dermatológica.
¿CÓMO SE MANIFIESTA EL ESTRÉS EN LA PIEL?
La piel se volverá más sensible y reactiva, tendrá más posibilidades de brotar y, por lo tanto, aparecerán eccemas, rojeces, granitos, perderemos luminosidad y tendremos un tono más apagado y un aspecto deshidratado. «El aumento del estrés crónico provoca un envejecimiento prematuro. ¿A qué se debe? Otra vez el culpable es el cortisol, su aumento estaría relacionado directamente con el daño oxidativo y el envejecimiento celular», cuenta la Dra. Domínguez. Por tanto, se puede decir que el estrés provoca la formación de líneas finas y arrugas.
Es muy importante tener en cuenta la conexión directa que existe entre la mente y la piel. «La piel y el sistema nervioso se forman de la misma membrana cuando nos estamos formando como embriones. Ambas provienen del ectodermo, una de las tres membranas que forman el embrión, y, por lo tanto, siempre estarán conectadas. Es fundamental tener esto en cuenta, pues todo lo que nos ocurra mentalmente se va a expresar y somatizar en la piel» finaliza la doctora.
¿SE DEBE REALIZAR UN CUIDADO DE LA PIEL EXTRA CUANDO SE PADECE ESTRÉS?
Como no podía ser de otra manera, la respuesta es sí. Una buena rutina facial, constante y religiosa, evitará que la piel brote. ¿Cómo? Una limpieza facial por la mañana y una doble limpieza por la noche con agua micelar y un jabón espumoso, hidratando en profundidad con un sérum antioxidante rico en vitamina C para revitalizar el rostro y, por último, aplicando una crema hidratante muy nutritiva con un alto contenido en ceramidas o ácido hialurónico. Y, por supuesto, un protector solar, el gran aliado para evitar el envejecimiento prematuro.
Si tu piel se ha vuelto más sensible y reactiva, debes evitar principios activos irritantes como los retinoides o el ácido glicólico. A continuación, te presentamos algunos productos específicos para cuidar tu rostro. ¿El objetivo? Mimar las pieles estresadas, pero también la mente.